Benihort sigue trabajando sus hortalizas de primavera-verano, campaña que acoge productos como tomates, patatas, calabacín, pimiento italiano y rojo, además de sandía. Con volúmenes disponibles similares a los del año pasado que rozarán los 10 millones de kilos, la cooperativa de Benicarló también ha anunciado que en la próxima temporada contará con lechuga romana y repollo rizado durante todo el año.
La cooperativa benicarlanda cultiva 5 sabrosas variedades de tomate de invernadero, como son el tomate de ensalada, negro, beef, rosa y pera. En esta temporada está previsto que comercialice más de medio millón de kilos, como ya ocurrió en la campaña 2023. Su responsable comercial de Hortalizas, Carlos Miravet, destaca el sabor por encima de todo: “nuestros tomates saben a tomate de verdad, que es lo que demandan nuestros clientes. El 80-90% de nuestra producción los comercializamos en España, tanto en mercados mayoristas como en supermercados”.
Al lado de los tomates, el catálogo de Benihort más estival cuenta desde finales de abril con patata. En 2023 comercializaron más de 2,1 millones de kilos de esta hortaliza. “Las patatas más tempranas de la cooperativa de Benicarló son rojas, mientras que luego trabajamos las variedades blancas hasta finales de julio. Calabacín y pimiento italiano y rojo son otros de las hortalizas veraniegas que ofertamos, productos que también superan el millón de kilos de producción”, detalla Miravet.
La campaña de sandía de Benihort, en la que se prevé comercializar alrededor de 6 millones de kilos, se iniciará a finales de junio.
Oferta anual
Una de las novedades que la cooperativa benicarlanda incorporará en 2025 es la comercialización de lechuga romana y repollo rizado durante todo el año. Esta variedad de lechuga tiene un gran consumo y su demanda aumenta, sobre todo, en la época estival.
De cara a posteriores campañas, la cooperativa también está estudiando la posibilidad de poder ofrecer col lombarda durante 12 meses.
El buen hacer de los socios y socias de Benihort, junto a la profesionalidad del personal técnico, que promueve prácticas eficientes, sostenibles y rentables, dan como resultado productos de calidad que cumplen con las exigencias del mercado hortofrutícola.